jueves, 23 de octubre de 2008

Un faro en la vida

El fotógrafo francés Jean Guichard, es reconocido por la fotografía de una “Ola” explotando sobre un faro en la costa de Britania, Francia, y que muestra al guardián del faro en la puerta y casi casi tragado por una ola gigantesca.

Hace unos días me llego una recopilación de vídeos de tormentas alrededor de faros y me acorde de la primera vez que vi la fotografía.... fue en el consultorio de mi dermatólogo, cuando fui por una pequeña cirugía a removerme por razones estéticas un lunar….

en la sala de espera hay 2 o 3 imágenes de tamaño mediano, de olas reventando contra un faro, pero al entrar al consultorio solo hay una imagen gigante. La imagen es de tan buena calidad que le pregunte al doctor si el mismo la había tomado, pero me confeso que no. Salí tan impactada de la imagen que trate de buscar en Google y no encontré nada parecido, así que empecé con mis famosas conclusiones y decidí que era una imagen “photoshopiada”.

Ahora se que mucha gente al ver la fotografía asume o que es creada digitalmente o cree que el guardián del faro murió en esa tormenta. Ni lo uno ni lo otro, ni es “photoshopiada”, ni se murió.
Lo que si es cierto es que había mas de un guardián del faro y en esa tormenta de 1989 ellos temieron por sus vidas, incluso llego un momento en que tuvieron que refugiarse en el ultimo nivel del faro, en donde esta la luz y los que hemos estado en un faro, bien sabemos que no solo es un área muy reducida, sino que el calor es intenso, haciendo incomodísimo el permanecer allí.
En la noche, las olas de esa tormenta rompieron las ventanas de los niveles bajos de la torre, inundándola y llevándose a su paso el televisor, la mesa, las sillas, la cafetera y la nevera (refrigerador para los que no son colombianos y no me entienden).

En la mañana siguiente, aun seguía la tormenta y los guardianes estaban esperando ser rescatados por un helicóptero. Así que al escuchar el sonido del helicóptero, en el cual estaba Guichard, tomando cientos de fotos por minuto, los guardianes pensaron que llegaban en su rescate, uno de ellos abrió la puerta del nivel bajo de la estructura y fue cuando se dio cuenta que no era un equipo de rescate, y al mismo tiempo presintió la ola gigante que llego un segundo después que el devolvió sus pasos, se entro a la torre y ajusto la puerta.
Si el no tiene esa reacción inmediata, hubiera sido matado por la ola. Simultáneamente, Jean Guichard estaba disparando su cámara a la máxima velocidad posible, y por eso logro capturar tal vez la fotografía mas dramática de la vida en un faro.




Ahora que han pasado tiempos desde que vi esa fotografía por primera vez, pienso que no solo me impactó por el simple hecho de ser una muy buena imagen, sino la idea de tranquilidad que refleja la persona fotografiada, a pesar de las extenuantes circunstancias que lo rodean.

Muchas veces me siento como que el mundo está haciendo con tanta fuerza estragos a mi alrededor que en cualquier momento voy a ser derrumbada por su envión. Y estoy segura que alguna vez ustedes también han sentido lo mismo; un golpeteo de olas, una tras otra, sin parar… sin dar tregua…. conmoción tras conmoción que agota nuestras fuerzas, una oleada implacable nos deja extenuados y sintiendo que no hay manera que nos ayuden ni que nos alivien la carga. La sensación es tan fuerte que no nos deja parar ni un minuto para tomar un respirito, ni para pensar cual es la salida, y sabemos que un solo error mas nos puede costar caro. Cierto??

Además, pensándolo bien, no solo es la calma reflejada por el personaje, sino la imagen del faro, que a pesar de los embates de las olas, se mantiene erguido, que aunque las olas han desquebrajado parte de su estructura, precisamente los detalles mas delicados y la parte mas débil ha sido despedazada…pero el faro sigue alli…como una torre protegiendo a la gente que esta adentro. El hombre en la plataforma se ve tranquilo, en medio de todo, sabiendo que la torre le esta resguardando. El pudo sobrevivir a los embates de esa tormenta, gracias a la protección dada por el faro.

Si uno se pone a pensarlo bien, en esa imagen se combinan el coraje, la valentía y la esperanza. Seria bueno preguntarnos en que parte de esa imagen estamos reflejados. En estos días, habrá algunos que dirán que ya fueron atrapados por las olas y luchan con todas sus fuerzas contra los embates de ola tras ola, otros dirán que ya fueron arrastrados por las olas y golpeados contra las piedras, y yo por lo menos, felizmente puedo decir que estoy dentro de las paredes de la torre. Me siento segura y protegida. Justo ahora el mar esta en calma, el oleaje es suave y placentero, pero he tenido momentos en que he sentido el batir de las olas fuertemente, que me ha causado pánico y desazón, y que ha logrado resquebrajar mi animo y sentir que la oscuridad no pasa. Pero, como dice el dicho, después de la tormenta viene la calma y así ha sido… calma para tomar un respirito, calma para sopesar las acciones y tomar decisiones, calma para valorar lo que se tiene, y añorar lo que se tendrá ( jaja suena raro añorar lo que no se ha tenido… es que últimamente siento que es la tendencia de moda a mi alrededor jaja jaja).

Otros dirán que no tienen un faro en donde protegerse, o sienten miedo aun estando adentro de las paredes de la torre protectora… lucky me! puedo decir, pues cuando las olas de la vida viene chocando en torno a mi, se que hay alguien allí arribita que me protege y que mi confianza en El me permite sobrepasar cada intensidad de la vida…

a veces me manda sus angelitos para que me ayuden en ese proceso de aceptación de cada circunstancia… y la verdad es que me fascinaaaaaaaaaaaa ….. a quien no le gusta sentirse angelicalmente consentido????

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